LUC ANDRE DIOUF: LA VOZ QUE DENUNCIA LA COBARDIA DEL RACISMO EN EL CONGRESO

El diputado socialista Luc André Diouf se ha convertido en una de las voces más claras y valientes contra el discurso xenófobo de Vox. Su biografía migrante de origen senegal y defensor de los derechos humanos le otorga una autoridad moral que se refleja en cada intervención parlamentaria, especialmente cuando denuncia la manipulación de la migración como herramienta política.

En una de sus intervenciones más recordadas, Diouf señalo con contundencia la deshumanización que promueve la ultraderecha:

“Hundir barcos de rescate, meter a niños y niñas en aviones en su suerte… eso no es una costumbre española, eso no es ser católico. Se llama cobardía mezquindad y racismo”.

Con estas palabras, el diputado del PSOE desenmascaro la estrategia de Vox, basada en el miedo, los bulos y la criminalización. Para Diouf, vincular inmigración con amenaza no solo es falso, sino que supone un peligro real para la convivencia democrática. Frente a esa narrativa de odio, el parlamentario recordó que España ha demostrado en numerosas ocasiones ser un país solidario, capaz de responder con humanidad ante el sufrimiento ajeno.

Además, su intervención apunto a una dimensión más profunda: la incoherencia entre quienes se autoproclaman defensores de las tradiciones y valores cristianos, y a la vez promueven políticas que atentan contra la dignidad de los más vulnerables. Para Diouf, la verdadera identidad española no se construye sobre la exclusión ni el rechazo, sino sobre la justicia, la empatía y la igualdad.

A lo largo de su trayectoria en el Congreso, Diouf ha insistido en que la diversidad no es un problema, sino una oportunidad, y que la inclusión es el único camino hacia un futuro común, en anteriores intervenciones, ya había subrayado que “no hay personas ilegales” y que el auténtico peligro lo presentan los discursos que envenenan la convivencia con racismo, machismo y desprecio hacia los derechos humanos.

Conclusión

El mensaje de Luc Andre Diouf trasciende la pugna partidista. Sus palabras funcionan como un recordatorio colectivo: la democracia española no puede permitirse normalizar la xenofobia ni ceder terreno al odio. Al denunciar que hundir barcos de rescate o deportar a menores es cobardía y racismo, el diputado no solo interpela a Vox, sino a toda la sociedad.

Su discurso revela que la verdadera fortaleza de España reside en la solidaridad, en la defensa de los derechos humanos y en el respeto a la diversidad. En un tiempo donde los discursos extremistas pretenden fragmentar el tejido social, la voz de Diouf se alza como una advertencia y, al mismo tiempo, como una invitación a mantener viva la esencia democrática del país: la dignidad de todas las personas, sin excepción.

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